7/09/22

LAS SALINAS DE CABO DE GATA

 

En nuestras latitudes tenemos la suerte de disponer de enclaves naturales que son ya impensables en otros espacios devastados por el desarrollo especulativo, pero la epidemia de indolencia y la burocracia provocan situaciones como la que estamos viviendo con la desecación de las Salinas de Cabo de Gata. 


Las acciones ciudadanas y asociativas han puesto en guardia a la opinión pública y han forzado a acelerar la solución de un problema impropio de un país que ama sus riquezas naturales. Para colmo hemos tenido que oír cómo algunos responsables quitaban hierro al asunto diciendo que, por fortuna, las aves habían buscado emplazamientos alternativos. Todavía no han comprendido que estos espacios son recursos de riqueza, que el turismo ornitológico mueve millones de euros en otros países. Y que en esos países no consentirían que ocurriera algo así. Si queremos ser mejores, ¿por qué no empezamos a copiar a los mejores? No hace falta ser muy listo.

Os enlazamos algunas informaciones al respecto aparecidas en la prensa estos días: 

LA VOZ DE ALMERÍA

IDEAL