A menudo escuchamos a la gente exigir que otros cumplan la ley, cuando no están de acuerdo con lo que estos hacen o lo que estos representan. Apelan alegremente a la punición contra el infractor. También con frecuencia muchos de los que demuestran una implacable actitud en unos casos, se tornan ambiguos cuando no están de acuerdo con las leyes que se invocan. En estos días se reivindican los derechos del mundo rural y, entre estos derechos, se incluye el de la caza. Ciertamente es una práctica legal. Pero si nos atenemos a la ley, si respetamos la ley, no hay ninguna justificación para el silvestrismo. Está terminantemente prohibido. Y, sin embargo, es pasmosa la impunidad con la que los malhechores operan todavía. En un país que se respete a sí mismo no se puede consentir ni un día más esta situación. Os proponemos un artículo que explica en profundidad la situación actual de esta nefasta práctica.